El amor merece vivir
En Colombia aunque no pareciera las historias de amor son cíclicas y similares como si fueran sacadas de una novela rosa.
Juan Guillermo Villegas Gómez
Si vas por Colombia en un viaje hacia el oriente, te das cuenta de su paisaje adornado por el sol que marca la línea del llano, en el atardecer su tono naranja marca los cantos y las coplas de los campesinos y ganaderos de esa región, los animales dejan visualizar la grandeza de la biodiversidad nacional. Todo esto podría parecer una invitación turística, pero es uno de los escenarios donde el amor es frecuentemente maltratado.
Alejado de la belleza del los paisajes en un cuarto de 4 por 4, Juan Esteban Caicedo nos narra la historia que le partió su vida en dos, él siendo un excelente cantante de música llanera, se daba a la tarea de cantar en cualquier evento importante de la capital del Meta.
Un Sabado15 de septiembre la vida para Juan cambio pues el, por primera vez se enamoro, pero en ese amor como en cualquier novela de Shakespeare la tragedia estaba trazada por el destino, en aquella fiesta estaban la plana mayor de la autoridades de Villavicencio, se encontraba el ganadero más grande del llano y quizás del país, el señor Roberto Vespucio Granados Córdoba, quien tenía una hermosa hija llamada, Sofía en honor a su madre ya fallecida, al verla los ojos de Juan Esteban brillaron como quizá nunca se antes habían encendido , su pelo largo, su cuerpo esbelto, y su sonrisa aun de niña, pero sus gestos eran de una adolecente, que también mostro admiración por Juan.
Entre versos y coplas se fue diluyendo la distancia y con toda la majestuosidad de la noche Juan esteban le robo un beso a Sofía, ella ante la sorpresa de el imprevisto ósculo de admiración sonríe marcando así el camino para que este amor rodara sin límite, a escondidas de su padre las citas fueron más frecuentes, las caricias fueron tomando cabida y la pasión y el amor eros se apoderaron de ellos llevándolos a ser uno en cuerpo y alma.
Como todo acto pasional este tenía su consecuencia, ella quedo embarazada, con tan solo quince años y ya la vida le daba el privilegio de ser madre, aunque en este momento más que un privilegio era una gran preocupación, obligación y una cita a la cual ni ella ni él podían faltar.
En el trascurrir de los meses los efectos de la llegada del nuevo ser se hacían evidentes, mareos, vómitos y antojos sin que faltara el cambio en la apariencia física, su padre percibiendo lo que estaba sucediendo, cuestiono a Sofía y esta sin más remedio tuvo que acceder a contar la verdad, ¿Quién es el padre? Pregunto él, ella con una vos temblorosa y entrecortada respondió, “aquel cantante con el que baile en mis quince, el me cautivo el corazón y es el dueño de mi amor”, el señor Roberto sin querer escuchar mas obligo a su hija, a su quinceañera a abortar, que paradójica es la vida hace 4 meses todo era alegría porque la niña se trasformaba en mujer, pero hoy es todo un dilema su trasformación.
Los gritos de ella se hacían más fuertes cuando de repente un silencio irrumpió en la sala dejando sin vida a la pequeña madre, que ya no vería a su padre, pero que quizás ante el dolor de perder a su hijo decidió renunciar a vivir para volar al lado de su pequeño, el padre siendo responsable de este homicidio sabia que la ley lo buscaría por el crimen, así que culpa al Joven Juan Esteban Caicedo Quien hoy purga una condena injusta.
Lo que pienso es cuan injusto es el sistema social en Colombia, por que casos como los de Juan suceden día a día, y los hombres poderosos manejan la justicia a su antojo, si supieran que el amor es un don divino lleno de gracia, y al ser lleno de esta es totalmente gratis, y sin contar que mas y mas padres en el País obligan a sus hijas a abortar por el miedo al qué dirán, si nos acordáramos de lo que dijo el carpintero humilde que con sus modestas palabras resumió este lio de vivir en la tierra, “ ama a tu Dios con todo tu corazón, y ama a tu prójimo como a ti mismo” en eso se resume todo este rollo de vida en dejar vivir lo que él nos dio para disfrutar libres, por esto creo que el amor merece vivir.
miércoles, 14 de abril de 2010
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